Cuando esta larga y muy intensa jornada va
llegando a su ocaso, casi sin darnos cuenta, con la aceleración propia de días
así (aunque no sabía hasta hoy como son estos días), cuando el cansancio va a acumulándose
ligeramente en el cuerpo, son muchos los adjetivos y los verbos que me vienen a
la cabeza; para escribir a los amigos, para agradecer tantísimas muestras de
apoyo, de amistad, de parabienes encadenados, de sinceros deseos para el
futuro.
Pero sin embargo, amando el verbo y la
palabra bien escrita tanto como yo los amo, solo me sale un enorme, sincero y mayestático:
GRACIAS A TODOS.
Mañana empieza otra historia; la parte de la
historia que requiere trabajo, esfuerzo dedicación, eficiencia, clarificación,
amor por lo que se hace, responsabilidad…
Pero de eso iremos informando puntualmente.
De eso os haremos participes a todos. Hoy, cuando llega la noche de este largo
y hermoso día, solo cabe reiterar las gracias sinceras, planas, y orondas para
todos.
Soy Mario Peña y esto digo.
Calañas a las 23.29 horas del 13 de junio de
2015.
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